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  BETTAS TRITON
  Transporte de Bettas
 
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Transporte de Bettas

1. Introducción

Tan importante como los cuidados, la alimentación, la calidad de agua u otras atenciones necesarias para mantener a nuestros Bettas es el correcto transporte de los mismos, tanto si los criamos como si sólo los mantenemos por afición, podemos encontrarnos en una situación que requiera el transporte de éstos.

Existen diversos métodos de transporte de peces, entendiendo por los mismos el conjunto de métodos que abarcan desde el acondicionamiento de agua y peces hasta el correcto empaquetado de éstos, pasando por elecciones de gran importancia aparentemente triviales (como la estación del año, la duración del viaje,…).

Para abordar el transporte de peces he decidido dividirlo en seis partes diferenciadas, por medio de las cuales tratare de aclarar las distintas “etapas” a realizar para hacer un transporte inteligente y seguro de nuestras mascotas; estas seis etapas o puntos independientes forman, en conjunto, un método bastante eficaz para las valoraciones del transporte y su ejecución con éxito. Como complemento, añadiré un séptimo punto relacionado con la adaptación de los peces transportados, para casos de traslados o intercambios.

2. Preparar a los ejemplares

La primera etapa en la preparación del transporte es dejar a los ejemplares a enviar listos para el viaje; para ello tendremos que atender las necesidades del viaje y los viajeros para optimizar el resultado al máximo (el correcto transporte de los ejemplares y la llegada de éstos en buenas condiciones).

Una vez más, he dividido este punto en varios aspectos diferenciados que componen la preparación de los ejemplares, en concreto cinco apartados que trataré de sintetizar lo máximo posible, siempre que no implique el sacrificio de información útil al respecto.

2.1. La alimentación

Es de vital importancia alimentar bien a los ejemplares implicados en el transporte, para ello recurriremos a dietas abundantes durante una semana antes al transporte (si es posible); una dieta abundante en proteínas y grasas resultará fundamental para el acopio de reservas energéticas, siendo claramente recomendable el uso de alimento vivo (2-4 veces al día; incluir 3-4 veces/semana_preparación gusanos Grindal y Artemia salina a diario, asegurarán la reserva energética deseada; es importante no olvidar el aporte vegetal para evitar enfermedades como la obstrucción intestinal.).

Una vez que hemos introducido los peces en las bolsas o contenedores de transporte, hay que recordar que no se debe introducir comida en ellos para la alimentación de nuestros peces en el viaje; debido a la situación de estrés a la que se ven sometidos en el proceso de transporte, los ejemplares transportados no se alimentarán durante la travesía y, en consecuencia, no debemos añadir comida que no será consumida (quedando en la bolsa mientras se descompone y contamina el agua de ésta).

2.2. Alimento en los intestinos

Cuando preparamos a los peces, antes del viaje, hemos de considerar la duración del viaje, la resistencia de la especie a transportar y la dieta aplicada a éstos en la última semana.

El agua del contenedor de transporte se irá contaminando de NO2, PO4, NH4 y NH3, aunque no añadamos comida a la bolsa de envío; el motivo es que los peces seguirán abasteciéndose de agua, desencadenando la expulsión de orina de modo regular (independientemente de la ingesta de alimento) y, además, los intestinos de nuestros ejemplares contendrán los deshechos acumulados de las ultimas tomas de alimento.

La producción de orina es irremediable a la par que inofensiva para los traslados, si bien podemos reducir la producción de excrementos almacenados en los intestinos. Siempre que el viaje no se prolongue más de 2 o 3 días, podemos dejar a los ejemplares a transportar alojados en un acuario con agua limpia y filtro con caudal lento durante 24-48 horas, sin alimentarlos, sólo si los hemos alimentado bien durante la semana previa y la semana posterior al traslado.

2.3. El estrés

Un factor determinante en el resultado final del viaje es preparar a los ejemplares para resistir el estrés que han de soportar en su periplo, para ello sólo hemos de tomar unas medidas sencillas por medio de las cuales reduciremos la incidencia de este síndrome en las mascotas.

2.3.1. Compañeros de viaje

Este punto resulta evidente a primera vista, pero tiene sus entresijos; cualquier aficionado al mundo del Betta Splendens sabe que no ha de colocar juntos a 2 machos, también sabrá que puede transportar a las hembras juntas si no exceden la capacidad del contenedor en que son transportadas.

Resulta imprescindible resaltar que esto es una generalización (o una simplificación si se prefiere) del nivel de tolerancia entre Bettas, pues no todas las hembras tienen un comportamiento similar. Para aclararlo explicaré en pocas palabras el concepto de la hembra dominante y el Grupo Alfa de un territorio de Bettas (entiéndase por territorio cualquier espacio en el que habite al menos 1 ejemplar de Betta Splendens, bien sea en plena naturaleza o en un acuario); Los Bettas son peces territoriales, que forman Grupos de reproductores con la pareja más fuerte del territorio denominados Grupos Alfa. Tanto en el territorio como en el Grupo Alfa sólo hay cabida para un macho (este dato es sabido por cualquier aficionado), que es el macho Alfa o dominante; Por el contrario, en el territorio puede coexistir un número elevado de hembras pero una sola hembra Alfa o dominante. Una vez explicado esto, resulta evidente alojar en contenedores individuales a machos, hembras dominantes y hembras propensas a dominar (de mayor tamaño y agresividad evidente), pudiendo alojar el resto de hembras en grupos no superiores a 10 o 15 ejemplares. Particularmente, prefiero el empaquetado individual de todos y todas si hago el porte en persona, empleando vasos precintados.

2.3.2. Tratamientos

Cuando pretendemos trasladar ejemplares sensibles, estresados (poco recomendable) o simplemente en un viaje prolongado, podemos recurrir a los diversos tratamientos antiestrés para acondicionar el agua del contenedor de viaje, además suelen venir dotados de complejos vitamínicos que resultan beneficiosos para la resistencia de los ejemplares al viaje.

2.3.3. Alimentación

Este punto ha sido abordado anteriormente, pero es importante aprovechar este punto para resaltar que una buena alimentación, provista de grasas, proteínas y aporte vegetal, se perfila indispensable para la preparación de los peces para la travesía.

2.3.4. Iluminación

La luz no contribuye para nada en la lucha contra el estrés, por ello es esencial procurar cobertura a los contenedores para aislar a los ejemplares, reduciendo la incidencia de la luz sobre ellos durante el viaje y limitando su campo de visión al interior del contenedor, en consecuencia los aislaremos del entorno durante el viaje para reducir el estrés.

2.3.5. Adaptación previa

Si adaptamos a nuestras mascotas antes del viaje, alojándolos en el contenedor de transporte unos días antes de empaquetarlos o en redes y/o jaulas de aislamiento en los acuarios (prefiero los contendores), conseguiremos reducir el impacto de cambiar el hábitat de los peces por los contendores de transporte; particularmente, los mantengo en contenedores individuales por motivos ajemos a este artículo que también proporcionan ventajas en la cría de Bettas, ventajas a parte de no necesitar adaptar a mis ejemplares a los contenedores de transporte pues viven en ellos (vasos o botellas de distintos volúmenes, a razón de la talla y necesidades de cada uno).

2.4. Edad/tamaño de los ejemplares

Para desarrollar este apartado voy a exponer, entre otras cosas, la clasificación ordinaria de peces en base a su talla y unas tablas para determinar el número de ejemplares que se pueden transportar en una bolsa de plástico sellada, provista de 8 litros de agua y Oxígeno puro (O2), en función de la talla de éstos.


Antes de exponer las tablas, comentar la clasificación ordinaria de peces en base a la duración del viaje y a su talla:

- Los peces recién nacidos se denominan larvas (su movimiento es lento y están dotados de un saco vitelino que les abastecerá de alimento hasta 48 horas (en el caso de los Bettas).
- Los peces que han quedado sin saco vitelino y su peso es inferior a un gramo se denominan postlarvas.
- Los peces de más de un gramo de peso que aún no han alcanzado la madurez, son denominados alevines.
- Los peces adultos, plenamente desarrollados, son denominados reproductores.


Tabla 1: Cantidad de peces de diferentes tamaños que pueden ser transportados en bolsas plásticas selladas (46 cm x 81 cm), inyectadas con oxígeno puro, y conteniendo aproximadamente 7.6 litros de agua. La unidad de medida es gramos de peces/litro de agua.
 
 
Tabla 2: Peso de peces, en gramos por litro de agua, transportados en contenedores con oxígeno.

* NR = NO SE RECOMIENDA SU TRANSPORTE.

2.5. Examen visual (o veterinario)

Antes de preparar los ejemplares para el viaje hay que seleccionar los ejemplares sanos, apartando del traslado a los enfermos.

Si vamos a hacer un porte en mano o un envío que no requiera el paso por aduanas o la venta comercial de los ejemplares, podemos hacer un examen visual de los ejemplares y su comportamiento, de este modo apartaremos los enfermos y cualquier ejemplar que ofrezca dudas sobre su estado de salud, evitando matarlos con el traslado además de manteniendo un código ético que tus destinatarios agradecerán y tendrán en cuenta a buen seguro.

Si el porte va a pasar fronteras resulta imprescindible cumplir con la legislación vigente de aduanas, en relación a especies animales, lo que implica al menos el permiso de exportación y el certificado C.I.T.E. (un certificado ictiosanitario expedido por veterinarios, tras la revisión de los ejemplares); si nos dedicamos a una actividad comercial, además habremos de contar con una empresa dada de alta en la Seguridad Social, seguro de autónomo, un depósito (criadero) que cumpla con la normativa sanitaria y medioambiental ( registro de Sanidad y registro de Medio Ambiente), declaración de impacto medioambiental de las especies a mantener en el núcleo zoológico y a transportar, registro de núcleo zoológico, certificado C.I.T.E., permiso de exportación y puede que algún papeleo más.

3. Preparar el agua

Tal y como mencioné antes, los contenedores de transporte han de ir provistos de agua y Oxígeno, por lo que habremos de enriquecer el agua de dicho contenedor; además, hay que considerar la aplicación de soluciones líquidas antiestrés, la corrección de los valores del agua,…

3.1. La calidad del agua

Lo primero que hemos de hacer es preparar agua limpia para cada contendor, eliminamos el Cloro si lo hubiere y realizamos un análisis químico del agua para ver si entra dentro de los valores deseados; prestar especial atención al nivel de Cloro [Cl] (por si no lo hemos eliminado correctamente), Cobre [Cu], Acidez del agua [Ph], dureza de carbonatos [Kh] y la dureza total o temporal [Gh].

En caso de tener que hacer correcciones deberemos tratar el agua antes de introducir los peces, para evitar daños en los mismos.

En mi caso, el agua suele venirme con niveles bajos de Cloro (aunque la almaceno durante 2 días por sistema para asegurarme de eliminarlo, desechando infinitos tests de Cloro), Ph entre 6.4 y 7.5, Gh por las nubes (>25ºd) y Kh más de lo mismo (20ºd), respecto al Cobre, nada de nada (0 mg/l); así pues, sólo elimino el Cloro por almacenamiento + evaporación (ahorrando en productos comerciales para tal efecto) y en ocasiones añado Terminalia Cattapa (para bajar un poco el Ph y esterilizar el agua contra ataques bacterianos [al menos, para reducir las probabilidades de su aparición]).
Por último, añado soluciones antiestrés, provistas de complejos vitamínicos que facilitan el mantenimiento de los ejemplares en condiciones saludables, durante el viaje. Es importante incidir en que las soluciones antiestrés no son un sustitutivo del alimento, razón por la cual no debemos caer en el error de presuponer la posibilidad de alargar la duración de un viaje, gracias a las soluciones antiestrés.

3.2. El Oxígeno

Esta parte es esencial para el correcto transporte de los ejemplares, ya que resulta igual de vital que el agua. Se hace indispensable el enriquecimiento del agua con Oxígeno, así como el del aire existente en el contenedor tras sellarlo; el espacio reservado para el agua es de la cuarta parte del volumen del contenedor, quedando las tres cuartas partes restantes destinadas al aire.

Si el transporte es de menos de unas horas y se hace el porte en mano, podemos recurrir a atrapar el aire del ambiente dentro del contenedor, sellando este hermético para evitar pérdidas de agua o aire. Podemos estirar este tiempo de transporte, abriendo el contendor periódicamente, renovando el aire y volviendo a cerrar herméticamente.

Si el transporte se hace por medio de un transportista, es un viaje largo o la carga es sensible (en el caso de contenedores comunitarios), se hace indispensable Oxigenar al máximo el agua y abarcar el espacio destinado al aire con Oxígeno puro, aprovechando al máximo la capacidad de carga gaseosa del contenedor.

Para la Oxigenación del agua podemos Oxigenar el agua en un acuario antes de colocarla en los contenedores (figura A) u oxigenarla cuando ya la hemos introducido en los contenedores, evitando pérdidas y acumulando lo máximo posible en el interior de dichos contendores (figura B).

figura A
figura B

Para Oxigenar el agua y el espacio gaseoso podemos recurrir a botellas de Oxígeno puro, de funcionamiento similar al sistema de inyección de CO2 empleado en los acuarios plantados.

Otra opción es añadir Peróxido de Hidrógeno, agua oxigenada, un métod para el transporte de alevines desarrollado por N. Innes Taylor y L.G Ross en el Instituto de Acuicultura de la Universidad de Stirling, Stirling FK9 4LA (Gran Bretaña).El principio de este sistema es sencillo; el agua oxigenada, al entrar en contacto con el agua, se descompone formando agua y Oxígeno.

1) Mojar bien una bolsa plástica de 2 litros de capacidad (26 centímetros x 26 centímetros) hasta humedecerla. Sacudir la acumulación agua.
2) Coloque en la bolsa 1 gramo de hígado de pescado.
3) Aplastar el hígado (empleando la mano para no perforar la bolsa contendora).
4) Añadir 40 ml de agua oxigenada.
5) Sacar todo el aire de la bolsa y sellarla con una goma elástica.
6) Agitar la bolsa para hacer la reacción que liberará el Oxígeno. La bolsa se llenará de Oxígeno en unos 5 minutos.
7) La bolsa con el oxígeno es exprimida, extrayendo el oxígeno producido a través de una manguerita de aireador, hasta la bolsa de transporte, que contiene el agua y los peces, Figura C.

Figura C
Evitar exprimir la bolsa demasiado fuerte para no forzar evacuar el líquido de la bolsa productora de Oxígeno a la bolsa contendora.

Finalmente, empleamos un aireador para terminar de llenar la bolsa de transporte.


3.3. La temperatura del agua

Un factor importante es la temperatura del agua, cuyo equilibrio nos costará más de un quebradero de cabeza, si bien podemos tratar de asegurarnos un rango aceptable durante unos días.

Existen diversos materiales aislantes con los que podemos recubrir cada bolsa, para procurar aislar la temperatura interna de la bolsa de la temperatura exterior. Este recurso no asegurará el equilibrio si la diferencia de temperatura es excesiva (como el invierno en determinadas zonas geográficas). Este tipo de protección térmica es ideal para portes en mano de menos de 12 horas de duración.

(Bolsa de transporte cubierta con aislante térmico)

Para travesías de mayor duración podemos y debemos emplear unas bolsas térmicas comerciadas para tales efectos, basadas en principios de reacciones químicas, cuando los reactivos contenidos independientemente en la bolsa térmica son mezclados (generalmente mediante un mecanismo de ruptura de precinto) se produce una reacción química, reacción que genera una intensidad de calor suficiente para abastecer de calor durante varios días a las bolsas de trasporte colocadas sobre esta bolsa térmica. Lamentablemente, su distribución (y en consecuencia, su adquisición) suele estar orientada al abastecimiento de acuicultores y mayoristas de la rama, por lo que es difícil conseguirlas si eres un usuario final de la acuarofilia; si consigues dar con algún distribuidor que las proporcione vía Internet, la comunidad y yo mismo estaremos agradecidos con tu persona si compartieses esa información, de bastante utilidad para muchos aficionados y criadores ().

El Betta Splendens tolera un rango de temperaturas bastante holgado, aunque tiene sus limitaciones que nos fuerzan a tomar medidas al respecto; el Betta Splendens aguanta un rango de temperatura que abarca desde los 21ºC hasta los 32ºC, pero hay que tener en cuenta varias observaciones al respecto: a los 21ºC un Betta puede entrar en hipotermia con el consecuente riesgo para su vida, por encima de los 28ºC aumentamos la probabilidad de la aparición de bacterias y protozoos dañinos para nuestros ejemplares, además de correr el riesgo de muerte por un golpe de calor (la temperatura ambiental durante el viaje puede ser excesiva en lugar de muy fría y el agua caliente retiene menos el oxígeno, por lo cual, a pesar de quedar a disposición del órgano laberinto, el deterioro del agua será notable).

Por estos motivos, resulta imprescindible aplicar un rango óptimo de temperatura para el transporte de nuestros ejemplares:
 
 
4. Preparar los contenedores

El contenedor empleado en cada transporte debe ser asignado de manera individual, atendiendo las necesidades del envío asignado y no impartiendo un método fijo para todos los paquetes.

Existen multitud de opciones a razón de la duración del viaje, las necesidades térmicas así como de la oxigenación del agua y espacio gaseoso del contenedor. Igualmente, podemos recurrir a distintos materiales que cumplan la función de transporte sin pérdidas de agua u oxígeno, ofreciendo unas garantías mínimas de seguridad y resistencia al viaje.

Antes de emplear un contenedor debes asegurarte de limpiarlo a fondo, revisarlo en busca de roturas o pérdidas (tanto en el contenedor como en su cierre hermético) y etiquetarlo (destinatario, contenido, referencia al cruce o la carta genética, o información similar) para la correcta organización de los envíos y transportes.

Puesto que las opciones son multitudinarias, enumeraré los contenedores más frecuentes:

* Vasos de plástico
* Bolsas de plástico
* Doble bolsa de plástico
* Botes de cristal
* Tapers de cierre hermético
* Botellas de plástico o cristal
* Garrafas de plástico o cristal
* Cubos de plástico

Los únicos requisitos genéricos para cualquier tipo de contenedor para el transporte de peces son: Cierto grado de resistencia a rupturas o fisuras durante el viaje, capacidad de cierre hermético (en el caso de las bolsas y vasos explicaré los métodos más sencillos y comunes de cierre casero en el apartado “Métodos de empaquetado y cierre”), capacidad de almacenar agua y oxígeno suficientes para asegurar el viaje en su duración total, no contener elemento metálicos en el interior (salvo hierro, acero o aluminio) y altura-ancho suficientes para que el agua contenida permita al los peces estar saludables.

5. Métodos de empaquetado y cierre

Como se reseñó anteriormente, lo ideal es tener una cuarta parte del contenedor con agua y el resto con oxígeno, aunque podemos modificar estos valores en detrimento del Oxígeno a costa de la duración del viaje, es decir, cuanto menos dure el viaje, menos espacio para el Oxígeno requiere el contendor (sobrando más espacio para el agua; esto cobra sentido cuando empleamos vasos para el transporte en mano, que implican utilizar la mitad o las tres cuartas partes del contenedor para proporcionar agua suficiente a cada ejemplar.).

Respecto a los métodos de cierre, me saltaré explicar los métodos para garrafas, botellas, tapers y otros contadores provistos de su propio cierre hermético (la tapa), para centrarnos en los vasos y las bolsas.

* Cierre de bolsas de transporte:

El cierre de las bolsas requiere un poco de maña y práctica, pero no una gran pericia. Necesitamos la bolsa de transporte preparada para cerrar (con agua, tratamientos y peces) y una goma elástica (aros de caucho).

1) Sujetamos la bolsa, dejando la abertura de ésta lo más desplegada posible, para poder cerrar atrapando el máximo volumen de aire posible (en caso de suministrar Oxígeno puro por medio de una manguera de suministro, habrá que introducir la manguera en la bolsa, enrollar el cierre de ésta alrededor del tubo para evitar pérdidas de Oxígeno, una vez llena la bolsa, retiramos la manguera de abastecimiento de Oxígeno mientras atrapamos el cierre de la bolsa, impidiendo la salida del Oxígeno. Pasar al punto 3).
2) Con la otra mano, atrapamos el contorno de la bolsa con un movimiento firme para cerrarla herméticamente.
3) Una vez atrapado el contorno de la bolsa, cerrándola, damos 2 o 3 vueltas lentas a la bolsa sin mover la mano que hace el cierre.
4) Manteniendo la mano en el cierre y manteniendo el cierre enrollado, proporcionamos una forma sólida en la bolsa para evitar deformaciones que queden sin aire y atrapen a los peces en el interior.
5) Abrimos la goma elástica, colocando el dedo índice en un extremo y el dedo gordo en el otro (de la mano que nos queda libre).
6) Pasamos la goma alrededor del cierre enrollado de la bolsa, dejando un extremo de la goma por cada lado.
7) Atrapamos uno de los extremos, lo pasamos por dentro del otro extremo de dicha goma.
8 ) Continuamos cerrando la bolsa con giros en la goma.
9) Para finalizar el cierre, doblamos el sobrante del cierre de la bolsa sobre las vueltas de cierre realizadas y lo atrapamos con la última vuelta de la goma.

* Cierre de vasos de transporte:

Cuando criamos Bettas, los vasos son una opción bastante aceptable para el mantenimiento durante unos meses y el trasporte en mano (sin transportista). Para cerrar herméticamente un vaso y poder transportarlo con seguridad, necesitaremos un trozo de film transparente o un plástico, además de una goma elástica.

1) Extendemos el plástico sobre la parte superior del vaso, de modo que sobre plástico por todo el contorno.
2) Extendemos hacia abajo el plastico sobrante, rodeando el contorno del vaso lo más pegado posible.
3) Colocamos la goma elástica sobre el sobrante de plástico, si hace falta con 2 vueltas, para aprisionar el plástico contra el vaso.
4) El resultado es un cierre hermético en toda regla.

Respecto a los métodos de empaquetado, resaltaré los 3 casos de mayor interés (en mi opinión): doble bolsa de transporte, doble vaso de transporte y caja de transporte de contendores.

· Doble bolsa de transporte:

Es un método sencillo, muy común en los transportes que no se hacen en mano o que entrañan algún riesgo de fisura en el contenedor. Se trata simplemente de colocar la bolsa de transporte de peces dentro de otra bolsa similar de idénticas dimensiones, con el único fin de aumentar su resistencia a roturas externas durante el viaje.

· Doble vaso de transporte:

Sigue el mismo principio de la doble bolsa de transporte, si bien colocamos un vaso dentro de otro para aumentar su resistencia al exterior y en caso de pasar por alto alguna fisura en el vaso contenedor, permitirá evitar pérdidas de agua u Oxígeno durante el viaje (al no deformarse al vaciar, no corremos el riesgo de un desplazamiento del agua hacia la parte comprendida entre el contenedor y su cubierta exterior [el vaso de fuera]).

· Caja de transporte de contenedores:

Cuando transportamos varios contendores, lo lógico es hacerlo empleando una caja que nos permita una mayor capacidad de carga, es por ello que describiré las medidas básicas para empaquetar contenedores de transporte en una caja.



a) Colocar aislantes térmicos en el fondo de la caja, antes de introducir los contenedores, así como las bolsas térmicas si se requieren.
b) Procurar que no queden contenedores sueltos en su interior, colocando suficientes contenedores y/o rellenos para tapar huecos y evitar vuelcos o movimientos de contenedores durante el viaje, dejándolos a presión.
c) Recubrir de material acolchado los contendores de cristal, para evitar roturas.
d) Recubrir de estructura dura los contenedores de plástico, para reforzarlos evitando deformaciones. (podemos utilizar recipientes rígidos o moldes de poliuretano)
e) Cerrar bien la caja y precintarla por ambos lados.
f) Marcar la parte superior de la caja con una flecha e indicar la posición correcta, no girar y el contenido de seres vivos.

 
 
6. Hombre precavido…salva los peces de una muerte segura.

Existen factores ajenos a nuestra intervención directa, tales como la duración el viaje, el medio de transporte para envíos, la estación del año de cada punto geográfico a recorrer el envío y el clima asociado a esa temporada, días festivos que afecten al reparto o entrega de los peces (1 o más días de duración del viaje), etc.

Estos factores, en ocasiones escapan de nuestra intervención y sólo podemos atajarlos como mejor podamos. Si hacemos un pedido en invierno, por ejemplo, a buen seguro que perderemos la mayor parte del envío, si no perdemos la totalidad del mismo.

Por este motivo, hay que planificar cada detalle del viaje, estudiando las consecuencias y las alternativas al mismo, en busca de optimizarlo al máximo.

7. Adaptando a los recién llegados.

Una vez que hemos trasladado a nuestros ejemplares, debemos facilitar su adaptación al nuevo hogar, tomando algunas medidas al respecto:

a) Procurarse contenedores suficientes para alojar a los peces transportados y espacio para dichos contenedores.
b) Tener dichos contenedores y/o acuarios preparados con agua declorada y con parámetros químicos aceptables.
c) Añadir soluciones antiestrés al agua de los contenedores y/o acuarios.
d) Apagar la luz.
e) Colocar los contenedores (si son bolsas, botes plásticos, vasos plásticos y botellas plásticas, o contenedores de cristal de altura y nivel de agua superiores al nivel de agua del contenedor donde los queremos adaptar.) en el interior del acuario en que los alojaremos.
f) Si empleamos una bolsa de transporte, la abrimos y doblamos varias veces el cierre de ésta (la parte de arriba), para permitir la renovación de Oxígeno y crear un reborde en la parte superior de la bolsa que nos permitirá dejarla a la deriva en el acuario, para iniciar la aclimatación. Si empleamos un contenedor de transporte que no sea una bolsa, siempre podemos pasar el agua y los peces del contenedor a una bolsa, para aclimatarlos..
g) Pasados 15 minutos desde la introducción del contenedor de transporte en el interior del acuario de aclimatación (por lo general, el acuario donde los alojaremos definitivamente) , añadiremos agua del acuario al contenedor de transporte (no añadir más de un vaso), para ir mezclando el agua de transporte con el agua del acuario final.
h) Pasados 15 minutos más, repetimos la acción anterior.
i) Pasados 15 minutos más, liberamos a los peces, sin verter el contenido sobre el agua del acuario (los peces pueden resultar dañados), sino que liberándolos bajo el agua del acuario tras sumergir el contenedor de transporte en él.
j) No alimentarlos ni encender la luz hasta pasadas unas horas de adaptación (hasta 12 horas en función del estrés soportado por los recién llegados).

* Como apunte final para la aclimatación, aunque pueda resultar evidente, hay que hacer hincapié en la importancia de tener el agua del acuario final o de aclimatación en buenas condiciones químicas (valores de NH3, NH4, NO2, NO3 y PO4) y sus parámetros en el rango adecuado (PH, GH, KH, Temperatura, O2); siempre viene bien añadir soluciones antiestrés, complejos vitamínicos y similares, para facilitar la adaptación de los ejemplares.




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